Pilates I

Para aquell@s que no lo sepan, aquí la menda se ha apuntado a cursos de Pilates. La mantequilla, la estupenda bollería francesa y los "Merveilleux" (auténtica maravilla a base de chocolate que prometo hacer descubrir a aquell@s que me visiten...) han acabado por hacer su horrible trabajo en tan pequeño cuerpo. Así que tras años de dura resistencia tuve que sucumbir: HAY que hacer deporte.

El Pilates o método Pilates debe su nombre al alemán Joseph Hubertus Pilates y es (much@s me lo preguntan) un sistema de entrenamiento que auna cuerpo y mente; es decir, utiliza la mente para controlar el equilibrio del cuerpo. Se trabajan mucho los músculos internos para mantener el equilibrio y dar firmeza y estabilidad a la columna vertebral. Los ejercicios se basan en movimientos muy lentos y siempre coordinados con la respiración y no buscan un desarrollo de la capacidad muscular sino tomar conciencia de los músculos y de sus capacidades.
La clave del Pilates, el llamado centro de fuerza, se encuentra en la parte inferior del abdomen (más o menos un cinturón que rodea el ombligo) de forma que todos los ejercicios se inician y se sostienen desde esta zona. La respiración es siempre intercostal; al inspirar se debe notar cómo se separan las costillas y en la espiración (que debe coincidir con el punto más fuerte del ejercicio) se cierran las costillas y se hunde el ombligo, para mejorar la capacidad pulmonar y la circulación sanguínea.
El Pilates se puede realizar con máquinas, como el reformer, la silla o el barril; o en el suelo (que es el que yo hago) con accesorios como la banda elástica, la pelota o el bosu.

A tod@s aquell@s que no lo hayan probado desde aquí lo recomiendo fervientemente. Lo que más me gusta es que cuando salgo de la sala no estoy agotada, me siento "estirada" o "reposicionada" (no sé si me explico...). Os seguiré poniendo al día de sus variantes, a ver si alguien se decide y me da su opinión.