jueves, 27 de marzo de 2008 | By: Cafeína

Días de Burdeos y nieve

Como anunciaban frío y nieve decidimos darnos un paseo por lo que aquí llaman el sur. El sur...de Francia (será que más abajo ya no hay nada...)
Cogimos el coche co
n Michel y un maletero vacío y durante 7 horas atravesamos 3 o 4 tormentas de hielo y nieve. Al final del trayecto: ¡¡Angouleme!! Conocida como la región de coñac es lo que aquí llaman "la campagne", es decir, el campo puro y duro. Donde encontramos vacas, viñedos, campos enormes, ovejas...¡la campagne quoi! En Angouleme nos esperaban Gaetan, Lucie y Remi. Ya éramos 6, ¡a por el coñac!
Tras degustaciones varias, el maletero se empieza a llenar de "Pineau" y Coñac XO (¡¡vetetúasaberquésignificaeso!!). Son las 11 de la mañana, no os digo más...

De nuevo al coche camino de Burdeos. La llegada promete: huímos de la nieve pero el cielo es
tá negro, negro. ¡Hay que darse prisa! Parece ser que la ciudad ha sufrido muchos cambios últimamente. Yo me quedo con su espléndido teatro, el tranvía, la catedral, sus cafés (varios, intentando evitar la lluvia y la nieve también se hace turismo), muchos turistas españoles y la imposibilidad alarmante de encontrar un restaurante que no esté completo un sábado por la noche.

Al día siguiente, camino de St. Emilión. Quizá os pase como a mí y este nombre no os suene de n
ada, pero resulta que allí se gestan algunos de los mejores vinos de Francia, los llamados premier cru que están entre los más buscados y caros del mundo. Yo, como no bebo vino (mal que me pese viviendo en Francia, lo reconozco) me quedé con la preciosa iglesia subterránea labrada en piedra y los monumentos subterráneos.

El lunes, de vuelta hacia el norte donde nos esperaba la tan anunciada nieve y un mísero grado. Gracias a Gaetan y Lucie conseguimos un fin de semana largo muy instructivo y (algunos) gracias al vino, ¡¡no pasaron ni frío!!

Todas las fotos aquí

domingo, 16 de marzo de 2008 | By: Cafeína

Patriotismo extranjero

Mi ordenador sufrió el frío del invierno y tuve que llevarlo al médico, esa persona que te cobra una pasta no por tocar un cable, sino por saber qué cable tocar (que jodío!!).
Así que, sin mi compañero inseparable, decidí marcharme pa' mi tierra.
Lo que más me sorprende cuando aterrizo es... ¡que todo el mundo habla castellano! Es absurdo, pero cuando pasas tus días rodeada de francés el simple hecho de oír algo que no tienes que esforzarte por comprender es alentador. Cuando me paseo por Lille las conversaciones alrededor mío me son completamente ajenas. Para comprender algo, tengo que poner el oído e interesarme, así que pasearme es más un ejercicio de miradas que de oído. En España, todo se mezcla. En el metro, en el bus, en la calle; oídos y vista van "a todo trapo" porque, sin prestar apenas atención, todo fluye.
Otra de las cosas que hago en cuanto aterrizo es mirar a la gente. Aunque el avión llega a una ciudad que no es la mía y en los aeropuertos hay de todo menos autóctonos yo busco gente conocida. Cuando llegué a Francia me pasó lo mismo; me parecía ver gente conocida por todas partes cuando en realidad... era prácticamente imposible.
Nunca he sido de las de ¡Que viva España! ni las de las que piensa que es el mejor país del mundo. Desde (casi) siempre he querido vivir fuera al menos un tiempo y conocer nuevas culturas y, en cuanto puedo, me escapo a "ver mundo", sin embargo, desde que vivo en Francia me ha surgido una vena patriótica. La misma que me hace ponerme contentísima cuando veo un camión español en la autopista y me entran ganas de darle al claxon como una loca, aun consciente de que con mi matrícula francesa piense el sr conductor que pretendo agredirle. La misma que me hace sonreír y respirar profundo en cuanto bajo del avión. La misma que me hace traer galletas María (gracias papi!), Cola-Cao y Nocilla cada vez que vengo.
Y es que quizá (y sólo quizá) no sea el mejor país del mundo pero a mi, desde que estoy aquí, como que me tira la terreta oye...
miércoles, 5 de marzo de 2008 | By: Cafeína

Les giboulées de mars

Mientras todo el mundo se alegra por la inminente llegada de la primavera, en Francia, durante el mes de marzo, tenemos granizo con nombre propio: les giboulées de mars.
Giboulées de mars es el nombre que se da a los cambios de tiempo que hay al despedir al invierno y dar la bienvenida a la primavera. El viento suele acompañar a estas breves pero bruscas tormentas de hielo, nieve, lluvia o granizo.
Voy a ponerme pedante y os explico que, científicamente, estas tormentas tienen su origen en 3 fenómenos:
1. La presencia de aire frío en altitud
2. El calentamiento de las capas bajas de la atmósfera
3. Un sol todavía frío, de hasta 5º-6ºC, que permite observar estas precipitaciones "sólidas"
Lo que en términos del día a día se traduce en lo que pasó ayer: salir de casa a las 9h con nieve y 2ºC. Volver a mediodía con un sol espléndido y 12ºC. Salir a media tarde con lluvia y 8ºC y volver a casa por la tarde-noche con granizo y -1ºC.
Moraleja: aunque haga un sol frío pero espléndido, no te olvides del gorro, el paraguas, la bufanda...

Foto: Flickr de inmacor
Info: Meteo France
lunes, 3 de marzo de 2008 | By: Cafeína

C.S.I. Las Vegas; temporada 7

L@s que me conocéis sabéis con certeza algo de mi: soy fanática de las series. Las veo todas, me las trago todas, sean buenas o malas; soy una cazadora furtiva, es lo que tiene.
Desde el año 2002 (en España, en USA empezó en el 2000) voy siguiendo sin perderme ni un sólo episodio de sus 3 versiones, la que considero una de las mejores series policíacas de los últimos años: C.S.I.
Os guste o no, supongo que no hace falta
que os cuente de qué va. Tod@s, en los casi 6 años de teledifusión, habréis visto alguna vez un episodio y tendréis una opinión al respecto. Buena o mala, lo que hay que reconocer es que algo tiene cuando ha conseguido mantenerse durante 7 temporadas en su versión Las Vegas (sin duda, la mejor) y (casi) siempre asegurando liderazgo de audiencia.
Este post no es, sin embargo, para hablar de ella en general sino de la temporada que
comienza hoy a emitirse en España. Parece mentira que una serie tan veterana como ésta consiga sorprendernos. La 7ª temporada lo consigue. Es, para mi, una de las mejores; con casos una veces buenos y otras no tanto pero que consiguen engancharte durante 45 minutos; que al fin y al cabo es lo que se le pide a una serie. Sin embargo, aparece algo nuevo. Un asesino en serie que reproduce sus crímenes a la perfección en miniatura y que los deja en la misma escena del crimen. Se convierte en la obsesión de Grissom y, si le dejamos, nuestra ¿Cómo es posible que conozco cada detalle con antelación? Será una trama que se mantiene durante toda la temporada.
Como "sorpresa", Gil Grissom (William Petersen) deja la serie... temporalmente lo que no hace sino avivar los rumores de su posible partida de la serie, junto a la de su compañera Sara Sidle (Jorja Fox) por problemas salariales. Grissom será sustituído por Michael Keppler (Liev Schreiber; El Amor En Los Tiempos Del Cólera, El Velo Pintado) que tendrá que vérselas con sus compañeros de equipo.
Hay bastantes más sorpresas, también en la vida personal del equipo pero no os cuento nada más, tengo miedo de que se me escape algún que otro spoiler. Simplemente os invito a continuar con la saga a aquell@s que, como yo, no se pierden un episodio; y a volver a verla a aquell@s que se han cansado.

Hernán Casciari (escritor y periodista): "
Si algún espectador se ha cansado de CSI, es hora de volver a maravillarse. Sus creadores han conseguido, tras siete años de emisión, una obra maestra que quedará en los catálogos de la mejor tele del mundo".