No tengo inspiración.
Mi cabeza está 100% ocupada por el trabajo nuevo.
Mañana empiezo.
Jefe nuevo, compañer@s nuev@s, client@s nuev@s, material nuevo, local nuevo, horarios nuevos...y no sigo porque me entra el pánico.

Mañana empiezo.
Jefe nuevo, compañer@s nuev@s, client@s nuev@s, material nuevo, local nuevo, horarios nuevos...y no sigo porque me entra el pánico.

En teoría, los cambios son (casi siempre) para mejor. En mi caso, mantengo mi antiguo trabajo que me ocupaba poco tiempo pero era bastante bueno. Un jefe que no protesta por nada y te ayuda, unos clientes agradecidos, aprendo algo nuevo cada día (ojo a la imaginación de aquell@s que no sabéis en que trabajo). Poca gente puede decir tanto ¿no?
Con el nuevo trabajo, a parte de los beneficios obvios, puedo mantener el antiguo, conocer gente nueva, aprender más... entonces ¿a qué le tengo tanto miedo?
Los días ocupan sus espacios en blanco, las noches se hacen largas en vela y con sábanas que se enrollan. Si los cambios son buenos, necesarios y constantes ¿por qué nos dan tanto miedo? Nos sugestionamos con el ¿y si...? (¿y si no es para mejor? ¿y si no es lo que esperaba? ¿y si no les gusta el cambio? ¿y si...? ¿y si...?) y dejamos que la imaginación vuele para, la mayoría de veces, darnos cuenta luego de que "no era para tanto".
Cambiar produce dudas y estrés, por eso a veces preferimos quedarnos como estamos aun sabiendo que no nos conviene. Cambiar de trabajo, de pareja, de domicilio, de médico; supone una búsqueda después que puede no dar frutos de manera inmediata.
Con el nuevo trabajo, a parte de los beneficios obvios, puedo mantener el antiguo, conocer gente nueva, aprender más... entonces ¿a qué le tengo tanto miedo?
Los días ocupan sus espacios en blanco, las noches se hacen largas en vela y con sábanas que se enrollan. Si los cambios son buenos, necesarios y constantes ¿por qué nos dan tanto miedo? Nos sugestionamos con el ¿y si...? (¿y si no es para mejor? ¿y si no es lo que esperaba? ¿y si no les gusta el cambio? ¿y si...? ¿y si...?) y dejamos que la imaginación vuele para, la mayoría de veces, darnos cuenta luego de que "no era para tanto".
Cambiar produce dudas y estrés, por eso a veces preferimos quedarnos como estamos aun sabiendo que no nos conviene. Cambiar de trabajo, de pareja, de domicilio, de médico; supone una búsqueda después que puede no dar frutos de manera inmediata.
¿Qué es lo que nos da más miedo: cambiar o quedarnos como estamos?
Aquellas personas que no están dispuestas a pequeñas reformas, no estarán nunca en las filas de los hombres que apuestan a cambios trascendentales.
Mahatma Gandhi
Aquellas personas que no están dispuestas a pequeñas reformas, no estarán nunca en las filas de los hombres que apuestan a cambios trascendentales.
Mahatma Gandhi