Al final la enfermedad se lo llevó de la misma forma que llegó: sigilosa y rápidamente.
Han sido días duros que pasaron lentamente pero que nos ayudaron a darnos cuenta de muchas cosas.
Lo importante que es permanecer unidos en los malos momentos.
L@s buen@s amig@s que tenemos.
Que los tuyos cogean un avión sin pensarlo cuando lo necesitas.
Que los malos momentos también pueden unir a las personas.
La importancia del recuerdo de una última sonrisa.
Personalmente, a parte de la grata sorpresa de l@s amig@s de allí que se preocuparon por lo que pasaba aquí y de las personas que, sin conocerme, me ayudaron con sus ánimos (eso va por vosotr@s, ¡gracias!) me sorprendieron los niños. La visión de dos niñas de 9 y 7 años y un niño de 5 de todo lo que estaba ocurriendo.
La niña de 9, consciente en todo momento de la situación, no dejó de llorar y nunca soltó a su abuela. Aún no ha podido "dejarla sola".
La niña de 7 no fue (creo) verdaderamente consciente de la enfermedad y, aunque en algunos momentos la pena que le rodeaba se le contagió, podía pasar de la risa al llanto.
El niño de 4 se preguntaba a cada momento por qué los otros lloraban y él no podía hacerlo. En algún momento me cogió de la mano y con su cara inocente (imposible que no te arranque una tímida sonrisa) me aseguró: "yo también estoy triste eh!"
Ahora que vivo un auténtico "baby-boom" tanto francés como español (y conocido es mi poco desarrollado instinto maternal) os diré que me dí cuenta de lo importante que es tener niños cerca en situaciones duras como esta. Porque no hay ninguna pena que ellos, aunque sea con un comentario poco apropiado, no puedan aplacar.
Después de la tempestad viene la calma. En mi calma siempre tendrás un trocito.
... au chef.
4 comentarios:
Lo siento mucho y os acompaño en el sentimiento.
Seguro que sólo el estar ahí al lado de tu marido es suficiente para alivarle en parte el dolor, la tristeza compartida suele hacerse menos pesada.
Me entristece entrar en tu blog y encontrarme con esto, pero siendo algo inevitable como era, pues creo que lo mejor ha sido no prolongar la agonía.
D.E.P.
Un abrazo muy fuerte
Te dejo un abracito.
Los niños... son increíbles ;-)
Neneta molts petonets i ánims. Sento la pérdua. Jo també m'he adonat d'això dels nens Cafeína, ells són feliços i es una llástima que quan ens fem gran oblidem com ser-ho. El temps i l'entorn ens cremen...
Una abraçada molt molt forta.
La verdad es que paso poco por aquí, y me ha dolido saber que ya ha pasado...
Un beso muy fuerte a los dos
Publicar un comentario